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Las Danzas Primitivas

El Cuando

El "Cuando" parece haber llegado a Sud América hacia 1800 y según alguna antigua referencia habría pasado de Buenos Aires a Chile. Es en este país, sin duda, donde fue más calurosamente acogido y donde mereció culto más intenso allá por los años 1820-1840. El reflujo chileno debe considerarse la causa principal de su dispersión por las provincias argentinas. El silencio de los viajeros en cuanto a su presencia en Buenos Aires es completo, de lo que debe inferirse que aquí tal vez se conoció con otro nombre.

El "Cuando" es danza histórica, es decir, que no tengo noticias de que hoy se baile en parte alguna sino como recuerdo. Con certeza, hace más de cuarenta años que dejó su puesto en las fiestas.

La búsqueda de referencias en libros antiguos ha dado el resultado que veremos enseguida.

HISTORIA

Daniel Barros Grez, escritor, nos ha dejado en una novela de costumbres chilenas estas estrofas tradicionales "del antiguo baile llamado "Cuando", que pone en boca de un personaje:

Dos enamorados tengo,

y ambos me vienen a ver,

el uno me ofrece plata

y el otro quererme bien.

 

A la plata me remito

por ser cosa delicada;

que la plata es la que dura

y el amor luego se acaba.

 

¡Ay! "cuando" será ese "cuando"

y esa dichosa mañana

que nos lleven a los dos

el chocolate a la cama!

 

¿Y así, "cuando"?

¿Y así "cuando", mi vida, "cuando"?

¿Y asi, "cuando"?

¿Y así "cuando", mi vida, "cuando"?

En cuanto a la parte del "allegro" que dice:

que nos lleven a los dos

el chocolate a la cama

no es una ocurrencia chistosa desprovista de significado. He recogido tradiciones orales españolas según las cuales, en Andalucía, la madrina de casamiento lleva chocolate a la cama a los recién casados a la mañana que sigue al día de la boda. Esa es la feliz mañana de la copla.

En el libro "Voyages et Aventures" que Maynard publicó en 1858, hallamos la descripción de una fiesta ofrecida en Concepción (Chile) por el general gobernador de la provincia. Se refiere enseguida a las fiestas de las chinganas y de las tertulias que "eran, a fe mía, muy bellas, tan bellas como las más bellas fiestas de Francia. Ora se bailaban las danzas nacionales, la zapatera, el pericón, el quando..."

El repertorio coreográfico de la sociedad chilena nos quedó en el programa que transcribimos antes. Figura también el "cuando en cuarto", esto es, bailado por cuatro personas.

César Famin, en su "Historia de Chile" se refiere a la época de 1830 cuando enumera los bailes nacionales de los chilenos. Son numerosos, dice: "el minuet, la zapatera, el quando, el pericón, y otros que se parecen al fandango o a la tarantela de los Napolitanos". Y añade Famin este pá­rrafo que parece aludir al "Cuando": "Algunas veces a un movimiento muy lento, triste y monótono, sucede de repente un compás vivo y animado, acompañado de golpes de tam­bor y de un coro de voces chillonas". Etcétera.

Esta última frase de Famin pierde eficacia debido a su exagerada semejanza con otra que se lee en un libro de 1820, "Voyages dans l'Amérique Méridionale" p. 11 (sin portada); y ésta, a su vez, parece versión francesa del conocido libro del capitán Basilio Hall.

"Un oficial de la Armada de Estados Unidos" — así oculta su nombre — dio a la prensa en 1835 su obra "Three years in the Pacific". Estos tres años, que corrieron entre 1831 y 1834, permitieron al oficial observar las danzas chilenas de la época, y sus descripciones, felizmente minuciosas, importan para nosotros interesante documento. En lo que concierne al "Cuando" nos dice: "...si la reunión ha sido alegre, se ejecuta el "Cuando", una danza peculiar de Chile. Es siempre acompañada por un canto. Comienza como el minuet, todos los gestos muy airosos, y a tiempo con los versos, que corren así:

Anda ingrata que algún día

con las mudanzas del tiempo,

llorarás como yo lloro,

sentirás como yo siento.

¡Cuando! ¡Cuando!

¡Cuando, mi vida, cuando!

Y sigue: "Con estas líneas termina el Minuet; sigue el allegro, y el paso cambia a un rápido golpeteo de los pies, llamado "zapateando" o shoeing it, con las siguientes líneas, mientras una o dos personas marcan el tiempo con sus palmas sobre la tapa superior del piano:"

Cuando será ese día

de aquella feliz mañana

que nos lleven a los dos

el chocolate a la cama.

¡Cuando! ¡Cuando!

¡Cuando, mi vida, cuando!

Y el oficial prosigue: "Con estas líneas las figuras del minuet cambian; los danzantes avanzan uno hacia el otro y retroceden, se mueven en círculo dos a dos, zapateando a compás, agitando sus pañuelos con la mano derecha, el brazo izquierdo en la cadera, encorvados, ojos y rostros fijos hacia abajo, hasta que al fin, el caballero, con un galante "coupe" del pie, se apodera de la mano de la señorita, pasa bajo el brazo de ella y ambos ganan sus asientos en medio de los aplausos de los presentes. ¿Otra, otra!

"Another, another, exclama una docena de voces, y el piso es ocupado por otra pareja, y la danza se repite otra vez".

El marino americano explica enseguida el sentido de las coplas que ha transcripto en castellano y luego añade:

"Los siguientes versos se cantan como andante [en el tiempo de minuet] con el mismo allegro dado antes:

Las durísimas cadenas

que mi triste cuerpo arrastra;

puesto que por ti las llevo

no pueden serme pesadas.

 

Allegro: [Cuando, cuando, etc.]

 

Cuando, cuando tengo pena

me voy a la orilla de la mar

y le pregunto a las olas

mi amante me dejará.

El oficial da otras coplas que omito por brevedad. Todo esto es el producto de sus observaciones en Valparaíso, pero me parece que "observó" también lo publicado pocos años antes por Mrs. Graham, pues la primera copla con su "allegro" y estribillo se encuentran en el libro de la dama inglesa. Son suyas, en cambio, las dos precedentes y dos que no he copiado aquí. Las que van más adelante también fueron reproducidas por el marino americano.

Mrs. Graham se vio obligada a permanecer en Chile en el año 1822 a consecuencia, si mal no recuerdo, de la enfermedad de su esposo. Cuenta así algunas escenas que vio en Santiago:

"A la noche las señoritas Cotapos y su hermano don José Antonio me agasajaron con el baile nacional del cuando. Lo ejecutan dos personas, y comienza lentamente como un minuét; luego los movimientos se aceleran en conformidad con la música y el canto, representando una especie de querella amorosa y la reconciliación final. El arte del danzante consiste en mantener el cuerpo a plomo y mover los pies con suma rapidez, que es lo que llaman "zapatear". Doña Ma­riquita tocaba el acompañamiento y cantaba unos versos que ella misma había adaptado a la música, porque los versos corrientes son amorosos y ella no los quiso cantar por corresponder al hombre cantarlos a su compañera. Hay varias letras para el "cuando", y en la tierra en que se habla el lenguaje de Sancho Panza, algunas son burlescas".

En nota al pie nos da Mrs. Graham los mismos versos que después reproduciría el oficial americano ("Anda ingrata que algún día") y los siguientes, también copiados luego por el mismo:

Cuando, cuando yo me muera

no me lloren los parientes,

llórenme los alambiques

donde sacan aguardiente.

 

A la plata me remito,

lo demás es bobería,

andar con la boca seca

y la barriga vacía.

Como puede verse, esta última copla ha perdido su compañera, la que aparece en el "Cuando" de Barros Grez reproducida en primer término en este capítulo. Añade Mrs. Graham este interesante párrafo:

"Estas dos letras se cantan con frecuencia en las chinganas, y hasta hace pocos años eran aceptadas por todas las clases sociales. Pero la apertura de los puertos de Sud América, poniendo a los nacionales en más íntimo contacto con los europeos, ha refinado el gusto de las clases elevadas".

Más adelante dice Mrs. Graham que al regresar de Nuñoa encontró a sus amigos entretenidos en danzar. "Habían conseguido un par de músicos, y bailaban minuetes y danzas populares españolas, quizá las más graciosas del mundo. Las que más me gustaron fueron el Cuando y la Zamba, bai­lados y cantados con más expresión y entusiasmo que los que permiten las costumbres de la ciudad, pero sin salir de los límites del decoro".

Esto de las "danzas españolas" no debe considerarse co­mo una afirmación de origen inmediato. La autora habla pocos años después del pronunciamiento de los chilenos y es lógico que las suponga coloniales, es decir, españolas.

Del año 1820 tengo dos versiones referentes al Cuando. Una es la del capitán Basilio Hall, inglés; la otra, en francés, se lee en el libro sin portada, ya mencionado, "Voyages dans l'Amérique Méridionale". Salvo diferencias de traducción, son una misma. No conozco de la inglesa sino la versión castellana de "La Cultura Argentina", pero, por razones que sería largo exponer, prefiero retraducir la francesa. Dice así:

"Otra vez encontré en las ramadas una familia a la cual debíamos mucho; había tenido la bondad de explicarnos los usos de los habitantes. Visitamos juntos muchas ramadas y tuvimos ocasión de ver más danzas que la primer noche. Uno de los bailes favoritos comienza más o menos como el minué, y se ejecuta con lentitud y solemnidad, según la idea de cada uno: se avanza, se retrocede y dándose las manos, se balancean; a veces se detienen para pasar el brazo sobre la cabeza. Estas figuras están llenas de gracia y soltura, pero acontece también que traicionan la torpeza del bailarín.

"Estos movimientos lentos duran un minuto o dos, y enseguida el compás cambia repentinamente, y de un tono triste y monótono pasa a un aire vivo y animado que acompañan los golpes repetidos del tambor y un coro de voces chillonas. Sigue una especie de pirueta; el pie no se desliza, toca la tierra con extrema rapidez, los danzantes se presentan sus pañuelos de manera afectuosa, pero siempre a distancia, y describen círculos más o menos grandes según el espacio en que se encuentran. Añaden a esos movimientos circulares muchos gestos y hacen a menudo flotar los pañuelos sobre sus cabezas. Se nota una diferencia sorprendente entre la manera de bailar de los habitantes de la ciudad y los de la campaña, o guasos; estos últimos tienen más gracia y destreza".

Como puede verse, en esa descripción no se nos dice que el baile es el "Cuando", pero yo creo que no cabe duda alguna acerca de su filiación. Al describirlo se emplean casi las mismas palabras. Caldcleugh, que lo vio en Mendoza en 1821, también dice: "Las danzas usuales son el minué y el "quando"; que comienza, esta última, como la primera, pero termina con deslizamientos hacia atrás y hacia adelante en compás mucho más vivo".

El lector ha visto que la dispersión de las danzas criollas abarca el Perú, Bolivia, Chile y Argentina, y que tal es su movimiento migratorio simplemente porque Lima es la metrópoli de toda esta parte de América española hasta pocos años antes de la Revolución. De los demás países hispano­americanos pocas noticias tengo, y ellas se refieren a otras danzas, acaso a las mismas danzas con otros nombres. Esta vez, sin embargo, tengo referencias de Cuba.

Según Sánchez de Fuentes, el musicógrafo ochocentista Serafín Ramírez dice refiriéndose al movimiento artístico ha­bano hacia 1800, que aparecieron "La Guabina", "La Matraca", el "Cuando", etcétera.

¿Se trata de la misma danza?

Pasando a otra clase de documentos, a los de los memorialistas, tenemos otra vez el preciso dato que nos dejó el chileno José Zapiola, que publicó en 1872 sus valiosos recuerdos de la treintena 1810-1840. Zapiola dice concretamente que San Martín, con su ejército, en 1817, llevó el “Cuando" a Chile, y añade que éste era una "especie de minuet que al fin tenía su allegro".

Las referencias de los autores de "recuerdos" adquieren valor cuando no son destruidas por otros testimonios de la época. En cuanto a Zapiola, debo confesar que hasta ahora no he hallado un solo dato que lo contradiga, excepto en algunas fechas.

FORMA

El "Cuando", a mi modo de ver, es una danza aristocrática europea importada hacia 1800, acaso ya con ese nombre, y pertenece a la familia de los bailes graves que tienen dos, tres o cuatro tiempos distintos. Los ancianos actuales los han bailado, y aun los jóvenes recordarán el último representante de la especie: la cuadrilla. El "Cuando" parece haber sido una simple variante de la Gaveta, pero habría llegado a América ya diferenciado. El mismo José Zapiola dice: "la Gavota, baile francés, entre dos personas, principiaba con una especie de minuet i enseguida pasaba a un aire vivo de dos tiempos en que los bailarines ejecutaban movimientos vistosos y difíciles con los pies. Este baile estuvo muy de moda desde el año de 1823 hasta el 28 o 30 i no hace mucho que han dejado de tocarlo los organitos".

Pero, es claro: llega un baile importado y encuentra en' América un ambiente especial, una especie de "clima" coreográfico que lo absorbe y trasforma ajustando sus detalles a la usanza local. Puede conservar su forma, pero si su movimiento se asemeja al de los criollos, ya se encargarán los rasgueadores, los punteadores de arpa, los repiqueteadores de bombo, los zapateadores y la concurrencia con su furioso batir de palmas, de vestirlo a la americana: que hay una remotísima tradición en la manera de realizar las danzas, y ésto es lo único criollo de los bailes criollos.

El lector que estudie las versiones del marino americano y de Mrs. Graham (que son una misma) notará que después de la primera copla entra de inmediato el estribillo "Cuando, cuando — Cuando, mi vida, cuando". Este estribillo pide la música de los ocho últimos compases del "allegro", de modo que, o está de más ahí el estribillo o hay que admitir que el "allegro" empezaba y terminaba con el estribillo. El marino dice que tal estribillo pertenecía al tiempo de minuet; seguramente no, porque no coincide con la música.

He tomado a los cantores populares la música del Cuando, pero no he visto su expresión coreográfica "al natural" en mis viajes. Versiones vagas obtuve de su forma.

Deseoso de complementar su historia con la descripción de su juego, acudí, en Buenos Aires, al señor Francisco Cárdenas, miembro de un antiguo hogar santiagueño en que las danzas criollas o acriolladas se cultivaron siempre con entusiasmo y simpatía.

Doy el texto que tomé a José Montenegro, santiagueño, de la capital, pero residente en Fernández desde el 88. Me dice que lo aprendió a un arpista ciego de Atamisqui llamado Rosario Figueroa, en 1898. Se canta con la música que pu­blico aquí.

TIEMPO DE MINUÉ

1. Una y dos me andan queriendo

2. Yo no se con con cual quedarme

3. Una me ofrece dinero

4. La otra promete amarme.

TIEMPO DE GATO

5. Cuándo será aquel día

Aquella feliz mañana

Que me vinieran las dos

Con chocolate a la cama.

6. Cuándo, cuándo,

Cuándo, no se hasta cuándo.

7. Cuándo, cuándo,

Cuándo, no se hasta cuándo.

8. Cuando será aquel día

Aquella feliz mañana

Que me vinieran las dos

Con chocolate a la cama.

9. Cuándo, cuándo,

Cuándo, no se hasta cuándo.

10. Cuándo, cuándo,

Cuándo, no se hasta cuándo.

TIEMPO DE MINUÉ

11. Una y dos me andan queriendo

12. Yo no se con cuál quedarme.

Hombre y mujer se colocan, en nuestro diagrama, en la línea superior.

1. Frente a frente. El caballero toma con su derecha la mano izquierda de la dama, y avanza la pareja, de frente al público, tres pasos sobre los acentos del verso: Un... dos... dan.. .; y el cuarto paso, sobre. . . rien. .., ya ambos en la línea 3-4 y cuando han soltado sus manos, articula el semigiro con que se enfrentan de nuevo para hacerse un ceremonioso saludo de minué.

2. Idénticos movimientos, tornando, de espaldas al público, al punto de partida.

3. Siempre a lentos pasos, el hombre se dirige hacia la esquina que ocupa la mujer, trayectoria 2-1; mientras la compañera marcha en diagonal hasta la línea opuesta, 1-4.

4. El caballero avanza sobre la diagonal que acaba de trazar su compañera, 1-4, en tanto la dama corta rectamente en dirección 4-2. Nótese que la esquina 3 permanece fuera del juego.

Consumida la cuarteta inicial, pasan los cantores, sin tran­sición, a un vivaz aire de Gato. Los bailarines actúan como en esta danza, con castañetas, hasta el retorno al tiempo de Minué. Mi cantor, sin embargo, daba por terminado el baile con el tiempo vivo, tal como explican los viajeros antiguos.

5. El hombre, que dejamos en la esquina 4, avanza sobre una línea circular, pasa por la esquina 2 y se detiene en la esquina 1; la mujer, que estaba en la esquina 2, se desliza entretanto sobre un pequeño círculo que cierra antes de llegar a 1, y por el centro del cuadrado retorna a su misma esquina 2 (especie de giro abierto).

6. El hombre, en la esquina 1, gira dando la espalda al público, y la mujer, en 2, hace lo mismo. Ambos quedan en sus propias esquinas.

7. Lo mismo, en sentido contrario, hacia el frente.

8. El zapatea y ella pasea.

9. El hombre, por su izquierda, va de 1 a 2; la mujer de 2 a 1; es decir, cambian de sitio simultáneamente.

10. El hombre, en 2, gira dando el frente al público; la mujer, en 1, también, como en el tema 7. Quedan en la posición inicial.

Ahora vuelve el tiempo de Minué.

11. Movimiento iguales a los del tema 1.

12. Como el tema 2. Quedan en la posición inicial.

Generalmente, en las danzas criollas, al terminar la "primera" los bailarines ocupan lugares opuestos a los de la iniciación. Aquí parece que no, según mi informante.

Los versos que tomé al cantor popular y que he reproducido con toda fidelidad, están muy deturpados; recomiendo adoptar los históricos, que también se ajustan a la música.

Me interesa reproducir, además, esta otra copla del cieguito Montenegro, que, como continuación del Cuando cuyo texto he dado, me cantó después del par que lleva el número 7:

Si me caso con la rica

Me dirán interesado

Si me caso con la pobre

Seré un triste enamorado.

Curioso ejemplo de persistencia con migración nos dan las coplas de esta danza. La copla antigua que Barros Grez hace cantar a su personaje en Chile, se encuentra hoy en Santiago del Estero. Interesante es ver la transformación que ha sufrido. Compare el lector, y notará que un pensamiento idéntico se da en ambos casos con palabras enteramente distintas.

Singular es la modificación del estribillo. La costumbre andaluza tradicional de que la madrina lleve el chocolate a la cama a los recién casados, no tiene sentido entre nuestros provincianos. La copla se ha conservado tal vez por desvío malicioso en la interpretación; no es extraño, así, el cambio que le da nuevo sentido.

"Una y dos me andan queriendo,—dice el santiagueño; y es claro que aspire, con secreto sibaritismo, a que las dos mujeres se le aparezcan una feliz mañana, junto al lecho, con sendas tazas de chocolate.

El Cuando es una de las danzas que mejor ha conservado su música única y sus propias coplas. La cuarteta chilena "A la plata me remito", que oyó Mrs. Graham en 1822—verdadera continuación de "Dos enamorados tengo" o de su variante santiagueña "Una y dos me andan queriendo" — se encuentra en Coreografía gauchesca, de Jorge Furt, tomada a modernos cantores.

Danzas y Canciones Argentinas - Carlos Vega - Buenos Aires 1936

El Bailecito
El Cielito
El Cuando
El Gato El Pericón
La Mariquita
La Media Caña
La Resbalosa
La Zamacueca Los Aires

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